En España, al final de las vacaciones de Navidad, tiene lugar el día más esperado por los niños de aquí. La noche del 5 al 6 de enero los Reyes Magos de Oriente visitan todas las casas del mundo dejando regalos para toda la familia, juguetes para los niños y otras cosas para los adultos.
En mi familia es una tradición que siempre hemos cuidado, y todos nos hemos volcado para hacer del día lo más especial y mágico posible. Siempre que hay niños pequeños intentamos que tengan los juguetes más preciados por estos, sus deseos, en definitiva, lo que se han pedido en la carta que escriben a los Reyes. Por la noche, los niños están nerviosos, y los padres consiguen que se calmen diciéndoles que si no se portan bien los Reyes no les trerán nada.
Este año para mí ha sido el regreso a la infancia, pura y dura. Cuando estábamos preparando todo en el salón para que estuviera listo para la mañana siguiente y la peque de la casa abriera sus regalos, vi el regalo que había colocado mi mujer al lado del sofá, el cual tenía mi nombre. Era un paquete grande pero acolchado. Yo llevaba meses diciendo que quería una PlayStation 4, y la quería como regalo para estas fiestas, pero la forma del paquete, si bien coincidía en tamaño y peso, no lo hacía en forma, lo cual me dejó totalmente desconcertado.
Pasé una noche como hacía años no había pasado. Parecía un niño pequeño. Apenas dormí, descansé poco, e incluso soñé que el regalo era un abrigo con unos zapatos pesados, lo cual hacía coincidir la forma y el peso. Me comían los nervios. Quería pensar que era mi ansiada consola, pero la razón me decía que no se podía porque era muy cara, pero la emoción me decía que quizás sí podría ser, que el tamaño se correspondía. No sabía qué pensar.
A la mañana siguiente, después de abrir todos los regalos de la casa, los de mi hija, el de mi mujer y el de mi perrita, me tocó el turno, y estaba a punto de darme algo de los nervios que tenía. Le quité el papel rápidamente y cuál fue mi sorpresa al ver ¡¡una chaqueta negra!!
Cuando me fijé me di cuenta de que la chaqueta era de mi mujer, entonces abrí la chaqueta y ahí estaba mi regalo. Mi preciada consola. El regalo que tanto había pedido como un cansino durante meses. Por fín lo tenía. Di un salto, un grito, me puse a bailar con mi hija. Ya ni recuerdo lo que hice, pero lo que sí sé que hice fue agradecer el regalo y mostrar mi enorme alegría.
Qué noche. ¡¡Y qué gran día!!
Ahora ya tengo a la familia PlayStation reunida. Es el turno de seguir disfrutando de ellas.
Enhorabuena! Se te escuchaba con ganas de tenerla en los programas de GameElx. Me alegro mucho, ya te pediré el PSN para viciarme si quieres ;) saludos de un paisano tuyo
ResponderEliminarMuchas gracias, Germán. La verdad es que sí, tenía muchas ganas de poseer esa consola.
EliminarMi usuario es Bernilost en todos los sitios, jejeje, PSN, XBOX, Steam, etc.
Un abrazo!